Palacio Imperial

Uno de los lugares más emblemáticos de Tokio es El Palacio Imperial, aparte de que es  la residencia oficial de la familia imperial japonesa desde hace más de 150 años y sus jardines se pueden visitar y están abiertos al público aunque también puedes visitar el interior pero eso es una visita guiada  (por lo que nos enteramos solo se puede dos veces al año).  

El Palacio Imperial, que en otra época fue el Castillo de Edo, está rodeado de su foso original y es muy impactante.  Sus puertas y torres de  vigilancia que se encuentran en los muros y a intervalos hacen de este lugar único e impresionante. 

Se encuentra localizado en el Distrito de Chiyoda y fue construido en 1888 y durante la II Guerra Mundial fue totalmente destruido y reconstruido de nuevo en 1968.  Al ser la residencia oficial de los emperadores como ya lo mencioné al principio del post, la mayor parte del complejo está cerrado al público, por lo que sólo se pueden visitar los Jardines Reales y puedes disfrutar de esta belleza única y de las vistas y alturas desde el Puente Nijubashi.  Otra zona importante y que rodea al Palacio es el Parque Chidorigafuchi desde donde puedes contemplar los famosos cerezos en flor y está localizado junto a los fosos de agua del Palacio. 

El poder disfrutar de este maravilloso lugar, de su arquitectura de estilo tradicional y de los jardines que se encuentran entre unas grandes explanadas llenas de ciruelos, cerezos, pinos y flores es una experiencia que no te puedes perder.  En definitiva, es un lugar totalmente emblemático y único históricamente hablando por lo que no debes perder la oportunidad de conocerlo.

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