Si hay algo que no puede fallar en tu viaje es conocer y reconocer este maravilloso barrio, porque aquí fue un lugar importante históricamente hablando. Aquí podrás encontrar las huellas de esta gran comunidad judía que vivieron durante la Segunda Guerra Mundial. Es un lugar bastante emotivo y lleno de sentimientos encontrados conforme vas avanzando y conociendo los puntos estratégicos de aquel entonces.
Uno de los lugares más concurridos es el callejón lleno de graffitis mejor conocido como Dead Chicken Alley; otro espacio que también me gustó mucho de este barrio es donde te topas con varias placas doradas sobre el piso frente a varios edificios y en cada una de ellas se encuentra escrito el nombre de la familia judía que vivía en ese edificio antes de que fueran enviadas a algún campo de concentración.
Es un recorrido que vale la pena hacerlo por la gran historia que tiene cada espacio, cada lugar y si tienes la oportunidad de comer en alguno de los restaurantes que mejor, para probar su gastronomía…. Es un barrio muy atractivo y con mucha historia que precisamente es lo que engrandece su valor. Lo amarás!!