La arquitectura tradicional japonesa se puede dividir en tres categorías: templos, santuarios, y casas –no es que quiera dejar fuera a los edificios, castillos, escuelas, teatros, etc., pero básicamente esta es la construcción de mayo importancia para los japoneses–.
En Japón, así como en otras civilizaciones, el acto de adoración ha sido parte de la vida desde tiempos antiguos, y las primeras formas de arquitectura de santuario aparecieron al final del siglo VIII y principios del IX. Luego, cuando las influencias del budismo y el confucianismo empezaron a sentirse en Japón, los estilos arquitectónicos empezaron a cambiar.
Con una notable influencia china, la arquitectura japonesa tradicional uso la madera como elemento principal, que actualmente se mezcla con la rigidez moderna, integrando los espacios a la decoración con jardines, lagos, piedras, reflejando un paisaje cautivador e incluso espiritual.