Como dice el dicho “Quieres conocer, debes caminar” y así aplicó en esta ocasión. En nuestra caminata ya sea de día o de noche, por las diferentes calles y avenidas para conocer la ciudad de Pekín, fue así como dimos con este lugar: ¡¡una iglesia católica!! No me preguntes como fue, pero al verla, me impactó, no por la religión católica, sino porque en un país, y por supuesto en una ciudad tan tradicional, estuviera un espacio físico con todo y entrada de una iglesia católica y mucho más porque China se caracteriza por el budismo, taoísmo, confucianismo y hasta por una religión tradicional china… No es raro? Extraño?… pues sí y precisamente por eso me causó mucha admiración. Obviamente, quería entrar para verla por dentro, ya sabes… “la curiosidad mató al gato”, pero oh! Sorpresa… estaba cerrada!! Así es que me quedé con las ganas de entrar, pero no por eso de admirar la construcción por fuera… Eso sí, en las puertas de entrada, tenía la clásica lámpara roja de Año Nuevo y en la Puerta principal de la calle con una cruz arriba y un texto en chino… En fin, cara de asombro y admiración en un mundo budista.