Su ubicación es perfecta para recorrer la ciudad, porque se encuentra ubicado en pleno centro de Quebec, junto a La Citadelle. Es un edificio antiguo tipo medieval, y es un hotel boutique con pocas habitaciones y eso lo hace más placentero y cómodo.
Las habitaciones son amplias, muy cómodas, con un clima que no permitirá que pases frío y con una vista espectacular a un parque que se encuentra enfrente del hotel y atrás del Château Frontenac (Léase Post Château Frontenac… el hotel más fotografiado del mundo) y ya te imaginarás las vistas tan espectaculares con las que cuenta. Los dueños son muy amables y atentos. Definitivamente, es una muy buena opción y totalmente céntrica para donde te muevas. Te encantará!
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