Los Guerreros de Terracota son un conjunto de más de 8,000 figuras de guerreros y caballos de terracota de tamaño ligeramente superior al real que fueron enterradas cerca del autoproclamado Primer Emperador de China de la Dinastía Qin, Qin Shi Huang, en 210-209 a.C. Se encuentran dentro del Mausoleo del Primer Emperador Qin, y fueron descubiertas por casualidad por un campesino durante unas obras para el abastecimiento de agua, en marzo de 1974. El ejército de terracota fue enterrado en formación de batalla en tres fosos de entre 4 y 8 metros de profundidad a un kilómetro y medio al este de la tumba del Emperador.
Mucho se ha hablado de los Guerreros de Terracota y más desde el año 1987 que están considerados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una de las 15 Maravillas del Mundo; motivos que hicieron que el estar en China, obviamente debíamos incluir en nuestro viaje a Xi’an para ver esta maravillosa obra.
Pues bien, destinados un día para realizar este tour y no estuviéramos corriendo para poder disfrutarlo en todo su contexto. Nuestra primera opción fue tomar un taxi directo en el hotel hasta los Guerreros de Terracota y así lo hicimos. El viaje es de unos 30 kms aproximadamente y el recorrido alrededor de 1 hora. Aparte de la tarifa del taxista, también nos cobró las 2 casetas por las que pasamos. La otra opción era tomar un bus de la Línea 2 y luego otro bus que le dicen “306” o de origen tomar el bus “verde”, pero nos sonó un poco complicado cualquiera de estas 2 opciones por lo que nos quedamos con la opción del taxi.
El taxi fue una muy buena opción, porque pudimos ver el paisaje fuera de la ciudad de Xi’an, con lugares que me llamaron mucho la atención un día antes cuando estábamos aterrizando, como por ejemplo la enorme cantidad de edificios gigantes que se erigen uno tras otro y que no tienen fin. Todo este paisaje urbano lo ves en las orillas de la ciudad. Una vez que pasamos los 20 kms ya vas viendo más provincia que ciudad, pero como 9 kms antes de llegar, la carretera por la que íbamos, avanzábamos tan lento por la cantidad de autos que iban al mismo lugar, que tuve la oportunidad de llevarme una primera decepción, la primera casa que vimos con una o dos figuras de los guerreros en pequeñas piezas, y luego a unos 20 mts., otra casa igual y así hasta llegar al lugar como 4 ó 5 lugares más con las mismas condiciones. Desconozco si esto es, porque se dedican a producir cerámica para venta de souvenirs o reproducir figuras tamaño real para algún lugar… o cuál es el fin…
Una vez que llegamos al lugar, eran unas filas impresionantes para poder comprar el ticket de entrada en las taquillas que son muchas (aquí si no verificamos si vía web podíamos comprarlos previamente), había decenas de turistas, pero principalmente chinos y se nos acercaron dos jóvenes ofreciendo sus servicios como guías en inglés para el recorrido. Yo no quise sus servicios porque quería disfrutar del lugar aparte teníamos todo el día para hacerlo y no andar “corriendo” y más con tanta información técnica e histórica.
Una vez pasando la entrada, es como un parque con jardines y bosques con señalización de adonde debes ir a buscar los recintos para tu paseo, ahí mismo, te encontrarás con “carritos” como de golf por si no quieres caminar y prefieres pagar el viaje hasta dichos recintos. En nuestro caso, también quisimos disfrutar del lugar y nos fuimos a pie. Atraviesas un gran bosque que, por cierto, también hay señalización en cada árbol o planta con su nombre comercial y científico. Una vez que lo cruzas, hay una explanada grande y enfrente 4 pabellones. Uno es el Museo de Historia y los otros 3 son los pabellones con los guerreros. Nosotros nos fuimos de menos a más para sorprendernos con cada lugar, por lo que primero fuimos al Museo para conocer toda la historia y cómo los fueron descubriendo desde la primera vez hasta la actualidad y obvio toda la historia del Emperador Qin Shihuang Di y por supuesto de todos sus guerreros.
Saliendo del Museo ahora sí al pabellón principal. Nuestros ojos no daban crédito a lo que veíamos. Efectivamente, estábamos ante una de las 15 Maravillas del Mundo. Un conjunto impresionante de figuras de guerreros y caballos de terracota. Esta imagen tardo muchos minutos fija ante mí, no me podía mover, estaba perpleja, inclusive, ni siquiera pasa por tu cabeza tomarte una foto. Fueron muchos minutos de esa sensación de quietud y perpleja.
Una vez que pasó la emoción entonces analizas el ejército y la forma en que están enfilados y empiezas a observar más detalles de cada figura que tienen armaduras y cada una con rasgos diferentes: jóvenes, viejos, bigotes, peinados y de etnias diferentes, todos en fila frente a nosotros. Y aunque con el paso del tiempo se ve, que estaban pintados con colores brillantes hoy por hoy esos colores han ido desapareciendo y que solo queda el rasgo porque todo lo ves del mismo color. En el Museo de Historia nos explicaron que la pintura de los guerreros se aplicaba con base de huevo sobre dos capas de laca y que esta laca al momento de desenterrar a los guerreros se desconchaba con toda la pintura. También nos dijeron, que algunos guerreros portaban armas reales, pero que muchas fueron “saqueadas” por los campesinos abrieron la tumba tras la caída de la dinastía Qin. Una vez pasada toda la emoción, hicimos el recorrido rodeando el pabellón. Hay varios fosos con muchos guerreros, pero con diferente jerarquía. Hay un foso donde se encuentran 69 figuras que representan a los generales del estado mayor del ejército y así otros fosos con menor jerarquía. Obvio durante el recorrido por ambos lados sí desee una foto y muchas más como todos los turistas.
El segundo pabellón es igual que el primero, pero no impresiona como el segundo, porque los guerreros están como en “cuadrillas” y en menor cantidad. Lo más llamativo es una fosa con una cuadrilla de un General, y muchos guerreros decapitados, en la historia se dice que los campesinos utilizaban las cabezas como vasijas para tomar agua, si es impresionante ver a los guerreros sin cabeza, pero ya no te impresiona tanto como el primer pabellón.
Después nos fuimos al tercer pabellón, mucho menos interesante que el segundo y por supuesto que el primero. Aquí pudimos admirar las mismas figuras de guerreros, pero más de cerca y todas como en urnas individuales de cristal. Te impresiona verlas de cerca, pero como hay un cristal de por medio, la emoción no es la misma. Lo que sí, es que de los 3 pabellones más el Museo, el primero es el más impresionante de los tres pabellones.
Debo decir que en el segundo pabellón como en el tercero, al finalizar el recorrido hay un Estudio fotográfico (no visitamos el del segundo pabellón) pero en el tercero sí lo hicimos. Entras y hay un “back” de una foto enorme con los guerreros y frente a este back una réplica de una cuadrilla de guerreros, donde por un módico precio, te puede tomar la tan ansiada foto. Es atractivo porque te llevas el souvenir, pero a la vez te genera decepción porque piensas que tanto hay de real o de mentira en la historia completa de esta maravilla.
Después del tercer pabellón, hay una explanada grande por la parte trasera de los pabellones donde encontrarás desde comida rápida china, un espacio amplio con mesas y sillas para degustar de una rica tarde o bien, de diferentes tipos de souvenirs. Nosotros descansamos un rato y ahora sí al regreso, regreso que no habíamos relacionado en tiempo sí, pero en caminata no.
Regresamos a la explanada principal de los pabellones y de ahí a la salida, que creímos que era atravesando el bosque como lo habíamos hecho por la mañana. ¡Nooo!, te van indicando que debes atravesar otro semi-bosque para llegar a una extensa explanada todavía dentro del recinto, misma que tuvimos que atravesar y posteriormente una calle en medio de la explanada llena de comercios dirigidos a los turistas. En estas tiendas se venden desde comida, helados, aguas, ropa, hasta el típico souvenirs, y aunque el calor era sofocante yo evitaba tomar líquidos por lo de las letrinas (Léase El Fascinante Mundo de las Letrinas e Inodoros Asiáticos en el Post Intro Viajando a Asía).
Todo este recorrido desde la explanada, la calle y llegar a la salida, me recuerda cuando vas a algún Parque de Entretenimiento que ya estás por salir y después de todo un día de caminata lo que menos quieres es ver qué hay y comprar. Así me pasó, toda esa calle está de sobra… tu encanto y asombro terminan por desaparecer con esta vendimia. Lo que sí me impresionó de esta explanada es que tienen árboles muy altos y que los protegen con una malla alrededor de las ramas y hojas para el frío y el tronco de igual forma con protección (fuimos en época de invierno); es muy normal verlo en otras provincias, pero los árboles son pequeños, aquí son relativamente grandes y todos están protegidos.
Tras abandonar el recinto, afuera hay un enorme estacionamiento (que no nos tocó ver al llegar porque el taxi nos dejó en la entrada) que, si no traes auto, todavía debes atravesarlo para salir y buscar una base de taxis o buscar los famosos buses en los que debíamos haber tomado por la mañana. Entre que, si es uno u el otro, encontramos los buses y tomamos el bus 306 para dirigirnos a la estación de Tren en Xi´an. Durante el trayecto, que tomó una ruta diferente a la del taxi pasamos por unos parajes preciosos y en la punta del cerro con un teleférico. Obvio, al no contar con esa información turística nos quedamos con ganas de conocer, ya teníamos nuestra ruta y logística para Xi’an. Debo decir, que, al ir acercándonos a la ciudad, nuevamente esa sensación rara al ver una cantidad de enormes edificios terminados y en construcción de color grisáceo que te impresionan porque no ves el final de los mismos.
Lo que sí debo decir, es que originalmente consideramos Xi’an en nuestra logística de viaje a China, pensando en los Guerreros de Terracota. No le dimos tanta importancia a las demás atracciones, que, en mi particular punto de vista, me llamaron más la atención y disfruté plenamente, que Los Guerreros de Terracota; mi expectativa era muy grande y me decepcioné del recinto, de la comercialización que hay alrededor de esta maravilla y de toda la historia en sí… pero muy al margen de este comentario final, lo que sí te puedo decir, es que la primer sensación que tienes en el primer Pabellón es única y mágica y que vale la pena aunque tengas que formar parte de toda la comercialización que hay alrededor del recinto.
http://www.bmy.com.cn/2015new/index.htm
Si te alcanzan los días también puedes visitar:
- Monte Huashan
- Templo budista de Da Ci’en
- La Gran Pagoda de la Oca Salvaje
- La Gran Mezquita