Es un restaurante muy conocido en el barrio Petit Champlain y el diseño arquitectónico por fuera es muy atractivo porque te invita a entrar. Cálido ambiente con una gran inspiración parisina, los platillos son abundantes y muy suculentos entre lo salado con mezcla dulce, aunque se supone que lo fuerte obviamente es el cerdo para los que disfrutan de este tipo de carne, las famosas costillitas a la barbecue con miel de maple, aunque nosotros fuimos durante el desayuno y no las pedimos; pero el desayuno exquisitamente delicioso!
Por cierto, en la entrada del lado de la calle principal del barrio Petit Champlain hay un enorme cerdo asomándose por la ventana queriendo entrar!… es un detalle muy atractivo y único a la vez, porque más te intriga querer comer en este maravillo lugar. Es muy habitual que los comensales dejen sus ropas de invierno en la entrada como en la mayoría de los restaurantes que cuentan con este servicio. Una vez que entras, sus muros de piedra le dan un toque muy especial.
Eso sí, es muy concurrido el lugar, pero el servicio de atención es muy rápido y muy educadas y amables las camareras; inclusive al llegar hay un perchero para que dejes los abrigos y puedas sentarte plácidamente en la mesa que te asignen sin tanta ropa por la nieve. Simplemente es delicioso el lugar, y sus platillos divinamente exquisitos! Un deleite para el paladar!