Karina Vilchis
1 agosto, 2020
En esta ciudad estuvimos con unos amigos y nos llevaron a cenar a este lugar para compartir un rato el pan y el vino y obviamente nos dieron algunas recomendaciones de qué conocer en esta maravillosa ciudad. Fue una velada deliciosa entre costumbres y hábitos tanto de ellos como los nuestros. Tuve que investigar el nombre del restaurante a donde fuimos porque por la euforia de estar con ellos no recordaba el nombre, aparte de que ellos nos llevaron, un gran error de mi parte.
Es un lugar con una deliciosa carta, se come rico y aparte la atención tan personalizada que nos brindaron fue muy familiar. El ambiente es agradable, el dueño del restaurante muy atento y educado que te hace sentir como si estuvieras en casa. Si tienes oportunidad de conocerlo y poder disfrutar su gastronomía, realmente saldrás con buen sabor de boca. Ahhh se me estaba olvidando, aquí aprendimos que en Europa no debes dejar propina a los meseros porque ellos gozan de un sueldo y prestaciones por sus servicios.
