Viajes

Otra manera de conocer la ciudad es paseando en carruaje de caballos, que déjame decirte que aquí es muy normal hacerlo.  Si puedes recorrer lo mismo que hiciste caminando, ahora hacerlo en carruaje es totalmente diferente el placer y las vistas de cada edificio, de cada construcción y cada detalle que aquí disfrutas de manera diferente.

Las calles que son como las más comerciales para este tipo de recorrido son la Rue Saint-Jean, recorrer la Colina Parlamentaria, el Viejo Quebec… en fin… las opciones son muchas y muy interesantes.  Desconozco cuántos servicios de paseo en carruaje haya, pero el servicio que nosotros rentamos fue muy placentero.  Lo disfrutamos mucho y la atención del conductor fue muy amable, había un guía que acompañaba al conductor y nos dio una amplia explicación por los lugares donde íbamos pasando.  El paseo dura alrededor de 70 minutos.

Es un plan perfecto si te apetece conocer la ciudad de esta manera, si lo que prefieres es simplemente pasear o resguardarte del frío también es una buena opción.   Obviamente aunque vas súper abrigado, hay momentos en los que sí sientes el frío de invierno y más cuando son varios grados bajo cero y tomar un paseo  en carruaje es el viaje perfecto. Eso sí, el conductor –que aparte fue el que nos atendió vía mail y por teléfono– lo primero que hizo fue ponernos una manta para cubrir nuestras piernas y resguardarnos  del frío.  Adicional, que es un gran guía durante el recorrido porque si hay lugares de los que no tienen conocimiento, Simón G. Mainguy te dará varias opciones para no perderte de actividades que son importantes.   Así es que a disfrutar de este  paseo maravilloso.  Totalmente recomendable!

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