La Ciudad Prohibida, Ciudad Imperial

Conocida también como el Palacio Imperial o Museo del Palacio Imperial y se encuentra en el Centro de Pekín, China.  Fue el centro del poder de las dinastías Ming (1368-1644) hasta el final de la Dinastía Qing (1644-1911) durante un largo periodo desde 1420 hasta 1912.  Durante casi 500 años fue el hogar de los 24 emperadores de China y su corte, así como Centro Ceremonial y político del gobierno chino y está bajo protección estatal desde 1961 y se incluyó en el Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO en 1987.

Este complejo de palacios fue bautizado como la “Ciudad Prohibida” porque las personas “comunes” no podían entrar sin un permiso especial en aquella época y sólo los cortesanos podían obtener audiencia del emperador.   La combinación armónica de las construcciones del Palacio refleja las mejores características de la arquitectura china, el estilo majestuoso, las construcciones perfectas y el buen balance entre cada una de ellas.

Los visitantes pueden pasear con libertad por el Jardín Imperial y entrar en muchas de las construcciones, como:

Salones de la Armonía Suprema en la Corte Exterior y el Salón de la Pureza Celestial en la Corte Interior

Aquí es el comienzo de la visita.  El primero de ellos es el más impactante, frente a un gigantesco patio de 30.000 metros cuadrados, era el lugar predilecto de los emperadores chinos para sus celebraciones más fastuosas.


Salón del Cultivo Mental y otras estancias del emperador

Se dice que todo en la Ciudad Prohibida se construyó teniendo en cuenta la armonía numérica, basada en las relaciones entre los números impares.  También, se dice que hay 9,999 estancias en todo el complejo, aunque otros aseguran que es un mito o una leyenda, dado que muy pocas personas han podido comprobarlo.  Los turistas no podemos saberlos, debido a que sólo se puede visitar una quinta parte del complejo, pero también dicen que se han seguido abriendo más espacios para los turistas.  Lo que sí es un hecho, es que hay muchos elementos basados en números impares; y uno de los más llamativos es el Muro de los Nueve Dragones.

Salón de la Longevidad Feliz

Este salón es una fantástica exposición de objetos realizados en piedras preciosas y es un espacio mucho muy oficial.     

Salón de las Normas del Buen Gobierno

Aquí se resguarda un trono imperial dorado alzado sobre la figura de dos elefantes.  A ciencia cierta no se sabe a quién perteneció este trono de los 24 emperadores que hubo.

Salón de la Paz Benevolente

Aquí podrás ver una exposición de esculturas, entre las que destacan esculturas clásicas del arte chino como lo son los dragones y los leones.

El recorrido concluye saliendo por la Puerta del Poder Divino, precisamente al otro extremo del Palacio Real, respecto al lugar de entrada que es por la Plaza de Tian’anmen.

Nosotros contratamos los servicios de un guía en inglés en el hotel que nos hospedamos (Léase  Post Hospedaje en Pekín) –no había con idioma en español–, al llegar al lugar, vimos que había Servicio de Audio-guía y en español, pero ya era tarde para tenerlo debido a que llevábamos una guía.  Para este recorrido te sugiero considerar todo un día para tener tiempo suficiente para leer y poder entrar a cada recinto.  A nosotros nos agradó el servicio que nos brindaron en el tour a La Gran Muralla (Léase Post La Gran Muralla China, en el Post de Pekín), por lo que reitero lo contratamos con el hotel y te recogen ahí y al finalizar el tour te llevan de regreso o te dejan donde se los pidas.   

Si no contratas el servicio personal de un guía, llegando al lugar, ahí puedes comprar tus tickets para entrar, en nuestro caso el guía es el responsable de brindarte este servicio porque va incluido en el costo del servicio.

Una vez que entramos (pasas por torniquetes y te revisan la bolsa por cuestiones de seguridad nacional y aunque este proceso es alrededor de 8 a 10 mins, una vez dentro, todo es muy rápido) el guía te va dando toda la explicación de cada salón y de cada patio y por supuesto de la vida que tuvieron ambas dinastías en este maravilloso recinto.

Aunque una vez adentro, cada complejo cuenta con Señalización y un cartel en gran con toda la información escrito tanto en chino como en inglés, por lo que perfectamente puedes ubicar cada recinto y su historia, sumado al mapa y tríptico que te entregan a la entrada.  La información del lugar, es amplia y basta para conocer la historia de todo el lugar.

Ahh! Se dice que cuando pases un portón grande con bolas en color dorado, debes de “tallarlo” con la palma de la mano para la “buena abundancia” (Ojo, abundancia, se refiere al bienestar espiritual, emociona y físico).  Acto seguido, al ver que todo mundo lo hacía, por supuesto que hice mi parte.  Eso sí, las bolas de abajo ya están muy talladas por los turistas, que conforme “tallan” se van “desgastando”, la gente va subiendo más y más de acuerdo a su altura para alcanzar el dorado de las bolas.  Obvio, aunque tuve que ponerme de “puntitas”, por supuesto que hice lo mismo, aquí si aplica “al lugar al que fueres, haz lo que vieres” y por supuesto, como buena supersticiosa que soy, claro que fue lo primero que hice.

Definitivamente es un lugar que impone, es majestuoso y te transporta a la historia de cada dinastía, y si viste “El último Emperador” –que después me enteré que el gobierno chino autorizó la filmación del mismo en este lugar– te emocionas más porque tu panorama es otro y la perspectiva es totalmente diferente después de haber visitado este esplendido recinto; dada la magnífica arquitectura y los valiosos objetos culturales y artísticos de la Ciudad Prohibida que atraen a millones de visitantes de todas partes y hoy por hoy es una famosa atracción turística de China.

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